Comer no es solo un acto físico esencial para vivir, también es un placer para los sentidos que hay que saber disfrutar.

Sin embargo, no saber poner un límite a la hora de llevar alimentos a la boca está tras muchos casos de obesidad.

Hay personas que sienten debilidad por determinados alimentos ricos en azúcares o en grasas y les representa un verdadero sacrificio alejarse de ellos. Está comprobado que la sensación de bienestar instantáneo que generan puede provocar cierta «adicción».

¿Què te impulsa a asaltar la nevera?

Muchas veces el impulso por comer no se relaciona con el «hambre real» sino con la necesidad de cubrir carencias emocionales:

Adicción a comer. El organismo sintetiza ciertas hormonas placenteras al comer, las llamadas «hormonas de la felicidad» como la serotonina o la dopamina. Eso garantiza que sintamos la necesidad de comer y no descuidemos la alimentación. Sin embargo, a veces se recurre a la comida para obtener esa sensación de «placer» y compensar así estados de ánimo. El consorcio de investigadores europeos Neurofast afirma que existe «adicción a comer» cuando comer al estar triste, enfadado, irritado o estresado se convierte en un hábito.

Alimentos «peligrosos». La Universidad de Adelaida (Australia) afirma que se puede ser adicto solo a ciertos alimentos, sobre todo los que entran en la categoría de la conocida «comida basura», ricos en azúcar y grasa. Aseguran que ocurre porque generan una gran cantidad  de opioides capaces de generar sensaciones  placenteras de bienestar que pueden provocar cierta «adicción».

Identifica si este es tu problema.

Es normal tener apetito pasadas tres horas de ayuno, por eso conviene comer cinco veces al día para saciar las necesidades nutritivas de nuestro cuerpo. El problema surge cuando se consumen este tipo de productos de forma indiscriminada sin controlar la cantidad ni el momento.

Es normal que al consumir alimentos para contrarrestar emociones negativas se suele sentir cierta culpabilidad. Esto se convierte en un problema si la persona sufre esta sensación a diario y eso lleva la obesidad. Hacer un test de adicción a la comida ayuda a detectar ese problema.

Cómo controlar este impulso

Cambia tus hábitos. Cuando tengas ganas  de asaltar la nevera simplemente «por placer», procura salir a pasear, quedar con alguien para charlar, leer… Poco a poco te acostumbrarás a recobrar el bienestar de una  forma más saludable.

Control sin obsesión. Acude a un nutricionista para que te ayude a comer bien y con control. Eso no quiere decir que debas obsesionarte con la comida. Por ejemplo, limitar los dulces no significa que no los puedas tomar: puedes darte un capricho de vez en cuando.

Opciones sanas. Ten en cuenta que hay opciones nutritivas que logran calmar la ansiedad y el apetito sin sumar demasiadas calorías. Un puñado de frutos secos, encurtidos como pepinillos, un trozo de pan integral, un yogur descremado con fruta seca, muesli con leche desnatada… Son opciones sabrosas, nutritivas y más sanas.

TEST

¿Y si tú estás «enganchada a comer»?

Si sospechas que podrías sufrir adicción a la comida realiza este test. El resultado es orientativo pero puede servirte para saber si te conviene consultar con un especialista.

* Reflexiona si te ocurre más de 2 veces a la semana:

1.- Si me privo de ciertos alimentos siento ansiedad.

2.- Como en exceso y después me siento mal por ello, angustiada…

3.- Estoy cansada o me cuesta moverme después de comer mucho.

4.- Malgasto tiempo pensando en lo mucho que me excedo con la comida, en lugar de pasar tiempo de ocio con los amigos o la familia.

* Reflexiona si te ocurre más de 4 veces a la semana:

1.- Como aunque no tenga hambre.

2.- Me preocupa tener que dejar de comer ciertos alimentos que me gustan mucho.

* Reflexiona si te sientes identificada con las afirmaciones:

1.-Sé que como en exceso y que eso me afecta psíquicamente y físicamente pero me veo incapaz de dejar de comer.

2.- Comer ya no reduce mis emociones negativas pero tampoco me proporciona sensaciones placenteras, como solía ocurrirme.

3.- Mi vida (trabajo,relaciones…) o mi salud se ve afectada por culpa de comer demasiado.

Si has elegido más de 5 casillas, consulta con tu médico.

Fuente: Biblioteca de Salud. Foto: jannoon028 – www.freepik.es

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